· En el mar ·

lunes, 26 de julio de 2010

Feliz año nuevo ! Disfrutemos esta nueva luna !

La dualidad de la Luna como un don de integridad nos hace falta, dejar de andar detrás de lo perfecto, de lo normal y de lo bueno, de lo claro y de lo bello y de miles de conceptos unívocos que se quieren divorciar de su pareja como si fuera posible que existiera el uno sin la activación y la fricción del otro, dejar de dividir la vida entre don partes o paredes u horizontes o preceptos o destinos como si acaso fuera posible un puro día eterno sin la paz de la noche, o una sola y eterna oscuridad repleta de misterios sin la luz incandescente de un sol que abre la flores y los pájaros, cómo iba a ser posible la vida sin la muerte, cómo la primavera iba a abrirse sin que antes todo fuera un seco y gris paisaje, como iba a ser el amor tan grande si antes o después no haya un desamor que empuje otra vez a hallarlo, cómo iba a ser la soledad una estampa sino vinieran luego los hermanos a golpearte las ventanas para llevarte al campo, cómo iba a ser que hubiera un único camino si la vida es arte y tú el artista y tú la artista que ha de hacerlos propios y concientes. Así viene la Luna con su carga de pasajes y pasajes, con su eterno devenir desde la majestuosidad a la ausencia, con su eterna pulsación sobre las olas del océano y de nuestras propias sangres, ahí viene la luna con su eternidad perecedera a cada instante, con su deambular fluctuante, con su emocionalidad palpitante, y yo queriendo que se quede llena para siempre, o tú queriendo que sea un tesoro fijo en tu única ventana, o ellos queriendo que el abrazo bajo sus celestes líneas no se separe nunca, ¿te has puesto a pensar en un abrazo eterno?, es cárcel, ¿en un amor eterno?, es estancarse, ¿en un dolor eterno?, en paralizarse, ¿en una vida eterna sin viajar más lejos ni más alto?, ¿te has puesto a pensar que en el querer quedarse para siempre, y que te dure lo que tienes si jamás acabarse, es un intento de parar al cosmos?, ¿es un intento inútil de frenar la vida?, ¿te das cuenta de que nada se ha detenido nunca y que jamás habrá de detenerse? Mira, mientras puedas verla, a la Luna, mira lo que muestra en cada trozo de su viaje e imagina lo que no se muestra, puesto que hay y habrá siempre una parte en que nada se verá, en que sólo conjeturas tuyas o de otros podrán aventurar algo, así también la vida, así los pasos, así los días, los logros y las pérdidas constantes con su lado aclarador, con su presencia y también con su misterio, con el logro del esplendor inacabado, posible, incongruente y sin embargo cierto. 

La Luna que se viene en este anillo que se abre es un dejarte ser como debió ser siempre, un estar conciente en cada instante como si fuera el único, porque así es, es el único, no existe otro instante como éste, creer que es posible es estar en otro tiempo, en uno con barandas conducentes que avanza horizontal por la corriente, para peor impulsada por frecuencias demasiado determinadas y determinantes, si todo ha de cambiar y nada ha de ser como era antes, no hace falta que se derrumben las montañas ni que lo mares se sequen, sólo con que dejemos de aferrarnos a los pequeños lapsos y las cosas, ya será suficiente, si acaso lo entendemos y lo comprendemos recordando la esencia de nuestras propias sendas, seremos capaces de evitar cualquier desastre, no de que no ocurra, sino de que no nos afecte, porque sólo nos afecta cuando se lleva lo que habíamos conservado tanto, pero si no se debe conservar nada, entonces nada hace falta y si la esencia de nuestras maravillosas vidas está por sobre todas las medidas, si sólo este precioso y único momento existe, no nos dolerá el mañana ni lo que fue antes, porque todo eso es invento para mantenernos atados y soltarlo es la libertad permanente, si acaso no hace falta que la vida se mantenga tal como la vida que tenemos o creemos que tenemos, entonces el perderla no se convierte en llanto, desesperación ni espanto, pero si la vida entera en este único e irrepetible instante, entonces lo que venga es lo que vendrá y es un misterio, un desafío, una posibilidad, otra más, otra más y otra, siempre, ahí está el siempre, en el estar presente enteramente, el presente es el mayor presente que te otorga el universo y vivirlo con sus luces y sus sombras es una parte importantísima de la luz de la nueva conciencia, todos los sistemas se sostienen únicamente en el miedo de lo que habrá de suceder más tarde, y en las culpas de que lo hecho habrá de sucumbirnos en la pérdida de lo conseguido, pero no hemos conseguido nada, y no tenemos que conseguir nada, nada que pueda suceder después está ocurriendo ahora, y este ahora es todo lo que tienes y si de este ahora haces espera o haces ocultamiento o acaparar para mañana, tú nomás te pierdes la energía que se mueve y que de saber aprovecharla te hace eterna y te hace eterno. 

Y si alguien piensa que esta Luna con su mensaje deja abierta la oportunidad de hacer lo que se quiera a costa del planeta, de la demás gente, de los animales, de la vida, es que se mueve en la inconciencia, porque de lo que se trata es de una holómica frecuencia comunitaria y nuestra, en que no haya posesiones ni la necesidad de defenderlas, en que no haya identidades y la necesidad de imponerlas, en la que no haya poderes que necesiten en quien manifestarse, en que no haya diferencias con la vida conciente del árbol, mucho más avanzada que la nuestra, por haberse mantenido indemne, porque el árbol no juntó plasmas ni sermones, no guardó sus años como grados ni su hojas verdes en una caja de caudales, porque no lo hizo el ave del paraíso, ni la nieve esplendorosa de un paisaje, porque no lo hizo nadie más que el hombre y la mujer que se olvidaron y que al recordarlo ahora, si lo quieren, podrán formar con todo y con todos, la unidad que es parte esencial del cosmos, y que es parte esencial de cada uno de nuestros propios micro cosmos, pero que hemos olvidado, extraviado y confundido con palabras, con recetas, con caudales, con gobiernos, religiones y paredes, con ponencias, con estatuas, con consorcios, corporaciones y business. 

La Luna entra, si quieres dejarla, con su estela blanca que al pasar se deshace, la Luna purifica con su paso, porque lo que no se conserve no se descompone y al deshacerse te limpia, mira bien que te tienes por ahí guardado, estancado, atesorado como el todo, como incluso la razón de tu existencia y deja que la Luna se lo lleve, tienes trece lunas por delante para dejar que todo fluya y que en esa fluidez, todo se limpie, y en esa limpieza brille inmensa la conciencia, tu conciencia, mi conciencia, la conciencia de todos, de todo ser sobre la tierra, y todas juntas como una gran conciencia, libre, siempre nueva, siempre entera, siempre eterna, no permita con los delfines y las araucarias, con los gorriones y las hormigas, con los lagos y los pueblos de todos los continentes y los de las dimensiones cercanas y de las más lejanas, que estén ajenos o les seamos ajenos, y con la tierra y con el sol y con toda la galaxia, ser uno, uno solo, una, una sola y gran conciencia que recupere toda la armonía perdida. 



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Abrazemos este viento y dejemos que siga su curso.

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