Sin una sola palabra luego del sueño leve donde el sudor ya ha fusionado, vuelven los licores del placer a mezclarse en un grito conjunto de dos voces necesitadas de gozo.
Y así la oralidad no se basa en palabras sino en los hechos consumados con los labios, la lengua y la creación magnifica de la saliva que abre puertas donde la opresión de algun juiciopersonal no deja volar a Venus en el colchón y Afrodita viendo las sonrisas de los cómplices amantes rie y seregocija en los ojos de los dos.
El silencio llega y es mas que una enciclopedia, es mas que el sonido de las palabras, es el logos natural; aquél animal se duerme y el corazón abre los ojos para reconocer la satisfacción de haber pecado, las bocas se besan y esperan al próximo encuentro con un mojado y aun excitado adiós.
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